DOSCIENTOS MILLONES DE EUROS TIENEN LA CULPA: LA FINANCIACIÓN DE LA INDUSTRIA AUDIOVISUAL.

DOSCIENTOS NOVENTA MILLONES DE EUROS es lo que han generado de promedio el Top 100 de las películas españolas estrenadas en el 2022, en Bonificaciones Fiscales y créditos fiscales, sin contar las amortizaciones. Si a eso le añadimos los ingresos en salas, que han sido de VEINTISIETE MILLONES CUATROCIENTOS MIL EUROS, más un cálculo estimado de ventas de la distribución internacional de los siguientes tres años ( el mínimo que exige la ley a una inversión en una AIE) de un 25% de los presupuestos de producción, podemos afirmar con un margen de error del 10%, que la producción cinematográfica española, entre bonificaciones, Bin’s negativa, amortizaciones e ingresos de explotación generará los próximos tres años unos SEISCIENTOS MILLONES DE EUROS sobre unos presupuestos de DOSCIENTOS/DOSCIENTOS CINCUENTA MILLONES DE EUROS . En definitiva, el cine sería un buen negocio. ¿Sería?, ¿Acaso no lo és?

Prestemos atención «solo» a esos DOSCIENTOS NOVENTA MILLONES DE EUROS  que han generado las bonificaciones y créditos fiscales de esas producciones este año 2022. ¿Servirían para poder financiar el cine español a la satisfacción de la industria audiovisual, y en particular de la Producción Independiente?

Los Presupuestos Generales del Estado para 2022, la partida de ayudas que ha recibido el cine español han sido de SESENTA Y CINCO MILLONES DE EUROS. Muy lejos de los DOSCIENTOS NOVENTA MILLONES DE EUROS que solo en el año 2022 ha generado el TOP 100 del cine español en Bonificaciones fiscales directas y créditos fiscales, para sus inversores, eso sí, y aquí entra el condicional sería del primer párrafo de este artículo, si todas las películas se hubieran financiado el 100% con capital privado a través de Agrupaciones de Interés Económico.

Y otra pregunta ¿Sería rentable para un grupo de inversores una inversión de ese calado?. Si a la cifra anterior de DOSCIENTOS NOVENTA MILLONES DE EUROS, le sumamos los ingresos de explotación del TOP 100 de la PRIMERA VENTANA, que han sido de casi VEINTIOCHO MILLONES DE EUROS nos encontramos que el porcentaje de recuperación de la inversión al inicio de su explotación sería de un 82,32%, repito, eso si se hubieran producido a través de inversión privada. Con lo que nos encontramos que un inversor al finalizar el primer año de inversión solo le faltaría recuperar un 17,68% a falta de dos años para llegar al final y recoger los frutos de la explotación en el resto de ventanas: Ventas internacionales, derechos de emisión de TV y plataformas tanto nacionales como internacionales, derechos de alquiler, etc. La respuesta vuelve a ser en condicional, Sí, si se hubieran financiado a través de inversión privada. Y eso es así desde 2015, que es cuando se empezó a realizar el estudio sobre la viabilidad del modelo de producción a través de una AIE.

Y la última pregunta ¿Por qué no se utilizan, si tienen esa rentabilidad?

La respuesta es simple. Por «culpa» de esos DOSCIENTOS NOVENTA MILLONES DE EUROS en Bonificaciones y Créditos Fiscales, que son un reclamo para los bufetes y asesorías fiscales que necesitan como agua de mayo, el poder ofrecer a sus mejores clientes productos de inversión que rebaje su factura fiscal. Esa necesidad, les llevo a crear un producto alternativo a las AIE’s, como son las «AIE fiscales» mucho más interesantes para los intereses de sus clientes, pero para que puedan traspasar esos millones desgravables a las cuentas de las empresas millonarias de las empresas de sus representados, de ahí la necesidad. ¿Y cómo se convierten en «más interesantes» las AIE Fiscales?, haciendo una lectura muy creativa de la ley, «el espíritu de la ley» lo llaman, para poder «encajar» esa cascada de Bonificaciones y créditos fiscales en detrimento de la industria para la que fueron creados, y pervirtiendo su finalidad, que no es otra que la creación de instrumentos de financiación que dinamicen a la industria audiovisual, y que bien utilizadas son un arma de financiación masiva (permítanme la licencia) que permitirían a los productores independientes, y porque no, a los dependientes tejer alianzas estratégicas con plataformas, televisiones, majors, etc., incluso con bufetes de abogados y asesorías fiscales que abandonarían las actuales «AIE fiscales» que aparte de ser un riesgo para sus inversores, (ya sabemos lo que pasa cuando para realizar una inversión se utilizan términos como «ingeniería fiscal», «Contabilidad creativa», «Espíritu de la ley») no aportan nada a la industria audiovisual, al contrario, necesitan que las películas tengan un vuelo gallináceo para sus intereses, y de momento lo están consiguiendo por incomparecencia de la industria audiovisual. Depende de esta revertir ese modelo de financiación.

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